¿Qué puedes hacer tú?

Es verdad que hay muchas cosas que no dependen directamente de nuestras acciones. Por ejemplo, las leyes y las estructuras que permiten que haya personas que se enriquecen a expensas del empobrecimiento de otras; que se permita una acumulación descontrolada del dinero mientras aumenta la desigualdad; o que el ansia desmesurada de beneficios tenga más peso en las políticas que la existencia de personas que no llegan a fin de mes… Sobre estas cosas, aunque tenemos poca influencia, sí podemos vigilarlas y denunciarlas.
También es verdad que hay cosas que sí podemos hacer. Desde nuestra capacidad de influencia y acción, hay pequeñas acciones individuales y colectivas que puede convertirse en acciones de incidencia. Este es un documento al que seguramente le podemos seguir añadiendo cosas. Si se te ocurren algunas, ¡cuéntanoslo!
Aquí algún ejemplo de lo que hemos pensado de momento, además de firmar la petición, por supuesto:-).

INFÓRMATE Y CUESTIONA LAS COSAS
QUE SON ASÍ “POR DEFECTO”

Si queremos cambiar las cosas, tenemos que conocer las causas de los problemas. Quedarnos en la punta del iceberg nos obliga a enfrentarnos sólo enfrentarnos a los efectos y no a las causas. Esto es enfrentarnos al status quo, cuestionar las normas del poder.

SUEÑA E IMAGINA ALTERNATIVAS

Necesitamos más utopía. Hay quien dice por ahí que es más fácil imaginarnos el fin del mundo que imaginarnos un mundo más justo. Es hora de demostrar que esto es mentira. Podemos imaginarnos y soñar un mundo distinto. ¿Tienes ideas sobre cómo hacerlo? ¡Compártelas!

PONTE EN MARCHA

Hay cosas que podemos hacer todos los días, es cuestión de ponernos en marcha. Algún ejemplo, aquí:

Usa la economía y tu forma de consumir para cambiar el mundo

Al adoptar un modelo crítico de consumo contribuimos a cuidar el medio ambiente, racionalizamos el uso de los recursos naturales, defendemos los derechos laborales y sociales, etc. Sí… lo puedes hacer a través de la economía social y solidaria. Existen alternativas que podemos utilizar, tanto en lo personal como en los ámbitos de trabajo (por ejemplo, usar la banca ética (Fiare, Triodos, etc.). También existen alternativas económicas locales, asociaciones de crédito, o préstamo, que se basan en las personas y no en los beneficios.
Están las monedas sociales, que las hay de muchos tipos, muy interesantes y son alternativas al sistema.

Reduce y racionaliza tu consumo

Piensa en todo lo que posees, y si de verdad haces uso de todo ello. Compramos compulsivamente cosas que ya tenemos, o que no necesitamos. Consumimos y acumulamos, sin límite ni raciocinio. Podemos compartir y reutilizar los recursos. Tenemos armarios llenos de ropa, con algunas prendas que hace años que no hemos vuelto a ponernos, aparatos electrónicos metidos en sus cajas originales, bicicletas que ya no usamos, etc.
Puedes hacer trueques, organizar mercadillos, intercambiar, o compartir. Todas las cosas pueden tener una “segunda vida”.

Si tienes que consumir, usa la cabeza

Las empresas tienen mucha influencia en lo que pasa en todo el mundo. Tienen que ver con prácticamente todo lo que nos rodea e incluso, en algunos casos, tienen más poder que muchos gobiernos. Cada vez que compras algo, estás dando tu aprobación a cualquiera que sea el proceso involucrado en su producción. La próxima vez que vayas al supermercado, mira más de cerca las etiquetas.
Analiza minuciosamente tus opciones. Pregúntate: ¿Quiero apoyar a este tipo de empresa? ¿Tratan bien a quienes trabajan para ellas? ¿Cuidan a quienes producen sus productos? ¿Este producto se comercializa de manera justa? ¿Será saludable? ¿Es bueno para el ambiente? ¿La venta de este producto apoya un régimen político opresivo o una dictadura?

Recicla, pero no te quedes ahí

Es muy importante reciclar, aunque podemos dar un paso más. La R de reciclar es también la R de reflexionar, rechazar, reparar, reducir, reusar, reciclar y reclamar. Sean las erres que sean, no te quedes sólo en reciclar. Observa que la mayoría de productos que compramos, vienen envasados en plástico o contienen algún elemento de este material, si reciclamos en casa, podemos llegar a darnos cuenta que el contenedor de plástico lo llenamos incluso antes que el de la basura orgánica. El proceso de reciclar plástico no es fácil ya que existen multitud de tipos de plástico, al final siempre acaba teniendo un impacto sobre el planeta, no a todos los plásticos le podemos dar una segunda vida.
En conclusión: evitemos comprar productos que no vengan envueltos en plásticos (típicas bandejas de los supermercados, por ejemplo). Llevemos nuestras bolsas de la compra, de tela o de otro material más duradero.

Comparte transporte o usa transporte colectivo

La bicicleta no solo es un medio de transporte ecológico, saludable y económico, también se considera una gran alternativa para disfrutar de nuestras ciudades. Demandemos en nuestras ciudades mejoras en los servicios de transporte público, y más kilómetros de carril bici y fomentar ciudades sostenibles y saludables, libres de humos y contaminación.

Consume alimentos de forma responsable

Recuerda que de tu consumo depende la producción. Consume alimentos locales, de temporada, frescos y evita los transgénicos.
¿Cuáles son las consecuencias de comer todo tipo de frutas durante todo el año? Normalmente estos cultivos llevan asociados el uso de tratamientos muy tóxicos, fertilizantes, herbicidas e insecticidas químicos, que empobrecen el suelo. Estas producciones, llevadas a cabo por grandes empresas, está acabando con la agricultura autóctona y las pequeñas explotaciones, empeorando la calidad de vida de los pequeños agricultores.

DENUNCIA

Habla de las injusticias en el mundo y haz que tus amistades se involucren también. Suma tu voz a las campañas contra la pobreza, la guerra, la injusticia, el sexismo, el racismo o la corrupción en el mundo. Si ves una injusticia, ¡denúnciala!
Utiliza tus redes sociales, manifiéstate a través de cartas a las direcciones de los periódicos… El activismo puede comenzar a cualquier edad y puede tener muchas formas.

RECONOCE LAS LIMITACIONES

Parafraseando a Javier Marías, cambiar el mundo, erradicar las causas de las desigualdades, de la pobreza, y de las injusticias sociales, es un trabajo de locos… pero si nadie lo hace, el mundo será aún más loco.
Está claro que solas, no podremos conseguirlo. Tendremos que aliarnos y encontrar personas con las que impulsar el cambio. Sumarnos a movimientos y a organizaciones. ¡Juntas somos más fuertes!

Súmate a las propuestas ya en marcha

Hay muchas cosas que están ya en marcha (campañas, iniciativas, etc.) en las que puedes participar. Identifícalas, súmate con tus propuestas…

Haz voluntariado

Definir bien qué significa voluntariado. Necesidad de fomentar una cultura de lo colectivo, cultura de la corresponsabilidad, etc., no de la participación como personas externas o usuarias sin compromiso real.
Entender y asumir diferentes niveles de participación que fluctúan, dependiendo del momento de cada persona, su realidad, sus características…

SÉ PACIENTE

Cambiar el mundo no es cuestión de un día, no te frustres si no lo consigues a la primera. Se trata de procesos, y cuando hablamos de procesos no podemos conformarnos con resultados cortoplacistas poco transformadores. Se trata de interiorizar actitudes, de adaptar los procesos a la realidad cambiante, y de asumir, también, la incertidumbre.

Inspírate en historias positivas…

Quedarnos anclados en la queja, lo único que provoca es restar tiempo a la búsqueda de alternativas. Debemos trabajar desde el positivismo para superar las adversidades.
Los mismos problemas contados desde la alegría, el humor, desde la esperanza, desde el anhelo por mejorar las cosas, hacen que se genere una energía contagiosa entre las personas y aflore la creatividad, la confianza y las buenas ideas.

Celebra las pequeñas victorias

Cambiar el mundo puede ser algo agotador y muchas veces nos podemos sentir desoladas… cada vez que consigamos algún cambio, por pequeño que sea, ¡tenemos que celebrarlo! Disfruta del camino y las personas, perspectivas y actividadesque encuentras en él.

Cadena de favores/intercambio

Entre nuestras amistades, e incluso en otros grupos, de trabajo, de voluntariado, de actividades de ocio, podemos fomentar el consumo colaborativo mediante el intercambio de habilidades y conocimientos.
Los grupos de ayuda entre personas de forma gratuita y desinteresada, nos hacen la vida algo mejor para todas las personas, crean lazos de solidaridad y unen a los grupos y a las personas que pertenecen a los mismos.

Aprendamos de otra forma

Podemos aprender de forma activa, vivencial, emocional, libre, participativa, crítica…. Muchas personas se organizan y construyen alternativas para transformar su mundo. Podemos aprender de estas experiencias e incorporar en nuestro día a día los pequeños pasos que podemos dar para cambiar.

Piensa en “los cuidados”

Los cuidados son el conjunto de actividades que permiten que cada día regeneremos el bienestar físico y emocional de las personas. Incluyen, entre otras cosas, acompañar, sanar, cuidar, reparar, atender y asistir a personas enfermas, cocinar, criar, reciclar… Constituyen un elemento básico de la vida y del desarrollo social. Constituyen una parte “invisible” del sistema económico en el que habitamos. Es un trabajo realizado mayoritariamente por las mujeres. Al incorporar la visión de “cuidados” a todo lo que hacemos, pondremos en el centro el sostenimiento de la vida y el medio ambiente.