«Las fronteras son hoy el nuevo centro, las que determinan quien es humano y quien no» Boaventura Santos
Hace ya algún tiempo que observamos en nuestras fronteras seres humanos que tratan de buscar un futuro mejor. Fue en las fronteras de Ceuta y Melilla, defendidas con unas concertinas que reportan gran beneficio a fabricas españolas, y en las playas de Andalucía, donde comenzamos a ver el horror al que se enfrentan personas que viven en países en conflicto o países tan empobrecidos en los que mueren de hambre miles cada día. Y en los últimos tiempos se ha puesto más de relieve con la llegada de personas refugiadas a las fronteras de la UE. Nos encontramos a un lado de la frontera personas con derechos y al otro lado personas que no los tienen. Frantz Fanon explica que hay una línea que divide a lo humano ( la «civilización» blanca, europea, cristiana, capitalista), de lo subhumano o no humano ( los negros,los asiáticos, los no cristianos, los dominados del planeta) .
Y nos encontramos en este momento, con que Europa y las personas que vivimos cómodamente en Europa, miramos para otro lado, preferimos no ver el horror, o verlo, pero de lejos. Acallamos nuestras conciencias enviando ropa que nos sobra en el armario, alimentos, o mantas para que no pasen frío, pobrecillos, qué más podemos hacer… Pues hay otras cosas que podemos hacer .
Ha llegado el momento de pararse a pensar si como sociedad estamos a la altura. Hablamos de Derechos Humanos y parece que de tanto usar el término lo vamos vaciando de contenido y exigimos que se cumplan, claro, pero siempre que eso no suponga poner en riesgo nuestros decrépitos estados de bienestar. Ha llegado el momento de tomar conciencia de que, para que podamos disfrutar de la mayoría de nuestras comodidades, hay otras poblaciones enteras a las que se les está privando de todo, incluso de la vida. Necesitamos un cambio en las políticas que propician que la desigualdad entre poblaciones y entre personas sea cada vez mayor, pero al mismo tiempo, como personas, individualmente, no hacemos nada por evitarlo, seguimos apostando por las mismas políticas, con nuestro voto y con nuestras actitudes. El mundo solo podrá cambiar si individualmente nos comprometemos con ese cambio. Debemos romper con las fronteras desde dentro, desde dentro de nuestros Estados y de nuestras conciencias.
Y desde las ONGD y diversas asociaciones de la sociedad civil nos hemos puesto manos a la obra para exigir a la Unión Europea y a nuestros Gobiernos que
actúen. Hemos convocado manifestaciones en todo el Estado español y diversas acciones con el fin de sensibilizar a la población y nos hemos unido también a
campañas que se están llevando a cabo en toda Europa con el mismo objetivo.
Exigimos a los diferentes Gobiernos que cumplan las leyes de asilo y refugio, que se garanticen rutas seguras de migración, para evitar viajes peligrosos, que se
garanticen los sistemas adecuados de acogida a la población refugiada, que no miren para otro lado y que traten a todas las personas como seres humanos.
Y también nos exigimos a nosotras mismas, las organizaciones de la sociedad civil, y a la ciudadanía en general, que se movilice, que exija, que con sus acciones
apueste por un mundo más equitativo, en definitiva por un mundo mejor.
Gema Filgueira, Coordinadora de ONGD-España
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