Hoy dará comienzo el Mundial de Fútbol 2014 en Brasil. Durante un mes millones de personas tendrán su mirada fija en las jugadas de los mejores futbolistas del mundo. Cada partido nos traerá ilusión, tensión, nervios, alegrías, esperanza, victorias… Cada imagen, cada pase, cada gol nos podría hacer sentir felices, afortunadas.
Pero el Mundial de Fútbol 2014 no podrá traer justicia, igualdad, derechos ni futuro porque antes de que hubiera si quiera empezado, los brasileños y brasileñas ya habían perdido la oportunidad de mejorar sus vidas con el evento.
Brasil se está convirtiendo cada vez más en un país de contrastes, de desigualdad. La economía crece consiguiendo que Brasil sea la séptima economía del mundo en 2013. 7ª en economía pero 10ª en desigualdad. En las calles de Brasil, 37 millones de personas (casi el 20% de la población) viven en la pobreza incapaces de beneficiarse del “desarrollo” que experimentan las vidas de sus vecinos. 37 millones de personas[i] se despiertan cada mañana en la pobreza viendo cómo a su alrededor crecen estadios de fútbol, avenidas y pabellones deportivos.
Eventos deportivos como el Mundial de Fútbol pueden traer grandes beneficios para todos los habitantes de un país. Que ocurra o no, es solo cuestión de Voluntad política. Y en Brasil 2014, no la ha habido. La FIFA y sus empresas asociadas se aprovecharán de exenciones fiscales que harán que Brasil pierda entre179 millones de euros y 322 millones de euros (según el propio Tribunal de Cuentas de la Unión).
Las exenciones fiscales no son ilegales e incluso, gestionadas de forma transparente y con criterios muy claros, pueden ser una buena herramienta para el desarrollo de un país. Pero cuando se conceden de forma abusiva pensando solo en el interés único de las empresas, las exenciones y los incentivos fiscales solo sirven para socavar la recaudación de los impuestos actuales y futuros de los países. Se convierten en un desincentivo para los contribuyentes y legitiman la evasión y elusión de impuestos.
Las exenciones fiscales pueden acarrear la pérdida de ingresos esenciales para mejorar los servicios básicos de un país. Con esos más de 200 millones de euros que enriquecerán los bolsillos de la FIFA y sus empresas asociadas, Brasil podría haber mejorado su sistema educativo, su sanidad y en general sus servicios sociales, reivindicaciones que la sociedad brasileña lleva tiempo demandando.
Por ello, varias organizaciones de la sociedad civil de toda América Latina coordinadas por la organización española InspirAction, se han unido bajo la campaña Las Jugadas de la FIFA, para pedir a Joseph Blatter, presidente de la FIFA, que se comprometa a no volver a aprovecharse de este tipo de exenciones fiscales.
El futuro de muchos países de América Latina, África, Asia e incluso Europa (y por supuesto España) se está viendo lastrado por el uso abusivo e injustificado de esta herramienta. El Mundial de Fútbol es solo un ejemplo más pero también puede ser un primer ejemplo para demostrar que se puede jugar de otra manera.
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Consulta este documento para conocer más sobre las exenciones fiscales concedidas a la FIFA.
[i]Según la Comisión Económica para América Latina y Caribe (CEPAL), en 2012, el 18’6% de la población de Brasil vive en la pobreza. Fuente: http://interwp.cepal.org/cepalstat/WEB_cepalstat/Perfil_nacional_social.asp?Pais=BRA&idioma=e
Reblogueó esto en HARTITO, asi que ¡vamos a cambiar!y comentado:
El Mundial de la desigualdad