La pobreza que sufren tantos seres humanos en el mundo, las condiciones en las que sobreviven no son sólo una afrenta a su dignidad humana, si no una injusticia intolerable, un llamamiento permanente a la conciencia de los más prósperos. Por ello tenemos que proclamar, con absoluta determinación, que la eliminación de la pobreza constituye nuestra prioridad en el comportamiento cotidiano y en las acciones que reclamamos de los gobiernos para que, sin ulteriores aplazamientos enfrenten –de forma proporcional a su riqueza y progreso – una situación que nos sonroja y que no nos deja conciliar el sueño.
Cincuenta mil personas mueren al día de hambre, centenares de millones sufren restricciones nutritivas severas y carecen del acceso a medicamentos que podrían aliviar en gran manera sus carencias y enfermedades.
El llamamiento de la Coordinadora de Organizaciones no Gubernamentales no es un aldabonazo más a los oídos de quienes –gobernantes, autoridades, parlamentarios, etc. – ejercen el poder si no a la sociedad entera para que se movilice generosamente y, utilizando también las modernas tecnologías, podamos en breve tiempo obtener resultados tangibles. Procuraremos que sea así y que la voz de la gente no sólo se oiga si no que se escuche. El siglo XXI tiene que ser, finalmente, el de la democracia genuina en que los ciudadanos no sólo son contados sino que cuentan, y son tenidos en cuenta y deciden en último término las acciones de quienes en su nombre dirigen las
riendas del poder.
Para terminar, la Coordinadora de ONG’s eleva hoy un grito con el concurso de los medios de comunicación. Pacífico, porque nunca ejercerá la violencia, pero firme y sostenido que no puede ser desoído. Esperamos que no sea necesario un gran clamor popular y la adopción de medidas de resistencia ciudadanas para que, de una vez por todas, sean las prioridades de la paz y de la convivencia y no las de la fuerza y la confrontación las que determinen la política a escala mundial. Que sean los valores universales de justicia, libertad, igualdad y solidaridad y no los intereses miopes del
mercado los que guíen nuestro destino común.
Pobreza cero, para que eliminemos caldos de cultivo para la animadversión, el rencor y la violencia. Pobreza cero para que iniciemos una nueva etapa que disipe horizontes tan sombríos.
Federico Mayor Zaragoza
Presidente
Fundación Cultura de Paz