22 de Marzo: Día Mundial del Agua
Meta 10 de los ODM: “Reducir a la mitad, para el año 2015 el porcentaje de personas que carezcan de acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento”.
El acceso al agua potable y a los servicios básicos de saneamiento es un derecho universal para todas las personas sin distinción. Para que este derecho tenga un significado real, todos deberíamos poder disponer de un suministro de agua accesible y seguro, con un acceso mínimo de 20 litros de agua limpia al día por persona.
Si bien el agua potable es un elemento indispensable para la existencia de las personas, y el saneamiento básico necesario para reducir la incidencia de enfermedades, hoy en día hay unos 884 millones de habitantes de países en desarrollo, que carecen del acceso adecuado al agua, y aproximadamente 2.600 millones que no tienen acceso a un saneamiento sostenible.
La falta de acceso al agua y a un saneamiento básico, condicionan todos los aspectos del desarrollo humano, es entonces imperioso que se considere como condición necesaria su solución, para que todos los ODM se puedan lograr.
La Asamblea General de la ONU adoptó el pasado 28 de julio de 2010 la resolución presentada por Bolivia en la que se reconoce al agua potable como “un derecho básico” e insta a que se garantice su disfrute a las personas que aún carecen de acceso a ese elemento esencial para la vida.
Esta resolución llegó en un contexto en el que la crisis económica está golpeando especialmente a las personas más vulnerables y en el que, los gobiernos tienen la oportunidad de cambiar esta realidad y dar un paso importante en este sentido.
Se han registrado progresos que incluso en algunos casos han sido rápidos, lo que demuestra que los Objetivos de Desarrollo del Milenio, aunque ambiciosos, decididamente se pueden lograr con el trabajo de todos.
Algunos datos
– Más de la mitad de la población mundial vive en zonas urbanas que experimentan presiones demográficas cada vez más graves (cada segundo la población urbana aumenta en dos personas). Las infraestructuras existentes no aguantan ese ritmo de crecimiento.
– El suministro inadecuado de agua y los limitados servicios sanitarios están produciendo un aumento considerable de enfermedades evitables como diarrea, cólera y malaria. La falta de saneamiento provoca la contaminación de los recursos hídricos superficiales y subterráneos -cada día, dos millones de toneladas de aguas residuales sin tratamiento alguno son vertidas a los cursos fluviales.
– Las personas localizadas en asentamientos precarios se ven desprovistos del acceso al abastecimiento de agua, eso provoca que tenga que pagar hasta cincuenta veces más por el agua que los que están conectados a las redes municipales, teniendo que comprometer por ello entre el 30% y el 40% de los ingresos familiares.
Esta situación vulnera el derecho humano al agua al propiciar un contexto en el que el acceso al abastecimiento y al saneamiento no es universal, equitativo ni sostenible y en el que el suministro de agua se rige por criterios mercantiles y escasamente regulados.
Ante la problemática asociada al agua y al saneamiento básico, son muchas las acciones que deben de realizarse de manera inmediata; entre ellas:
1. Un compromiso real y prioritario por parte de todos los gobiernos del norte y del sur de reconocer el acceso al agua como un derecho humano que supone la asunción de determinadas obligaciones:
- La obligación de respetar, que implica que los Estados no deben interferir en el disfrute de los derechos (en este caso, podría representar la garantía del acceso al agua). Significa, en resumen, que el Estado debe abstenerse de impedir el acceso al agua o de realizar prácticas que impidan el acceso al agua.
- La obligación de proteger, que implica la exigencia a los Estados, de impedir que se menoscabe el disfrute del derecho al agua por parte de particulares, empresas, grupos u otras organizaciones con intereses específicos. Esta obligación implica la necesidad de adoptar medidas tendentes a impedir que se produzcan limitaciones de cualquier tipo al acceso al agua potable.
- La obligación de cumplir, que impone a los Estados el deber de adoptar las medidas necesarias para que sea posible el pleno ejercicio del derecho al agua, especialmente entre las comunidades más desfavorecidas y marginadas.
2. La adopción del problema del saneamiento como prioritario en las políticas de reducción de la pobreza, así como el establecimiento de marcos institucionales adecuados para el desarrollo de los servicios.
3. El aumento de los fondos disponibles para el agua y saneamiento por parte de todos los actores, así como la coordinación efectiva de esas inversiones. Es prioritario que tanto países donantes como gobiernos receptores, actúen de modo coordinado y coherente con las carencias.
4. Que todos y cada uno de nosotros aportemos nuestro pequeño y a veces gran esfuerzo para que, se pueda reducir a la mitad, para el año 2015 el porcentaje de personas que carezcan de acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento; para que entre todas y todos podamos logar UN MUNDO MEJOR Y MÁS EQUITATIVO.
Por: Elena Leiss – Fundación ADRA