¿El oscuro mundo de las ONG?

Xosé María Torres, miembro de Farmamundi

Artículo publicado en  el diario gallego Praza: http://praza.gal/opinion/3852/o-escuro-mundo-das-ong/ el día

Es un tópico asentado en ciertos sectores de la sociedad el mirar con desconfianza la actividad de las ONG; curiosamente ese recelo provine tanto del lado ultraconservador como de la extrema izquierda política e incluso sindical; en el ámbito gallego –al contrario  del vasco o el catalán- no es extraño percibir esa mirada maliciosa desde una parte del mundo nacionalista. Nada nuevo bajo el sol.

Por eso, no dejan de sorprender artículos, como Las falsas ONGs españolas en África   -difundido en un medio digital de aliento conservador- que denunciaba  el pasado mes de octubre conductas indeseables por parte del líder de una supuesta ONG en Senegal, de estafas económicas a voluntarios desinformados y otras experiencias negativas, casos que no reflejan la generalidad del sector.

Con todo, hay propuestas que merecerían ser escuchadas, como la que sugiere un registro donde consultar los datos económicos de una ONG, pues únicamente hay controles públicos de aquellas ONG que reciben subvenciones públicas; es cierto que esta benéfica propuesta podría aplicarse también a las asociaciones de vecinos, las asociaciones culturales o a los clubes de fútbol…pero choca con la libertad de funcionamiento que hay en España, que impide controles públicos -salvo el judicial- sobre una entidad privada. Un dilema clásico.

Pero hay una acusación que no se podrá hacer a las ONG de cooperación internacional: la de falta de transparencia, pues desde hace más de 10 años, la Coordinadora española de ONGD (esto es las ONG de Desarrollo y acción humanitaria) publica un informe exhaustivo sobre 76 ONG y 17 coordinadoras autonómicas; se trata de datos objetivos, tanto económicos, como del personal o la base social, siempre con una perspectiva de género, sin ocultar autocríticas; también de los proyectos que se ejecutan y donde se desarrollan, de los tipos de actividad y del número de personas a las que benefician los proyectos. Por último, incluye los datos individuales de cada entidad, de acceso libre.

Otros podrán analizar al detalle estos datos, y ahondar en cada uno de ellos, pero la puerta está ya abierta; todo ello tras un esfuerzo grande, que no debe ser minusvalorado, que exige meses de trabajo, cómputo y análisis, pero que año tras año la Coordinadora española de ONGD va cumpliendo. ¡Ojalá otros sectores, ya no sólo del  ámbito solidario, sino del sector no lucrativo tuvieran esta misma transparencia y rendición de cuentas!

Datos destacables

Del informe de este año, aparecido hace escasas semanas, y que presenta datos de 2015, podemos subrayar:

  1. Por ingresos, destacan Oxfamintermón, Acción contra el Hambre y Manos Unidas, que declaran 89, 86 y 45 millones de euros respectivamente
  2. Las aportaciones económicas privadas superan a los fondos públicos: 299,7 M€ frente a 198,8 M€, dato que desmiente una de las acusaciones más habituales. Las donaciones privadas aumentaron un 30% de 2013 a 2015, mientras las públicas decrecieron al nivel más bajo de los últimos 10 anos.
  3. Las ONGD invierten en conjunto 500 M€ que se ejecutan en 105 países y benefician a 35 millones de personas.
  4. Un total de 8.400 personas trabajan en el sector (70% mulleres), á las que deben unirse 20.000 en calidad de voluntarias.
  5. Base social: 2,4 millones de personas contribuyen de alguna manera a las ONGD.

Otros datos, ya cualitativos, muestran los ámbitos de trabajo de las ONGD, indicando como contribuyen al tejido social en España, con redes muy ben preparadas y con presencia activa en muchas movilizaciones sociales y de conciencias, y como hacen las intervenciones en otros países, donde sorprenderá que la mayor parte se hace con personal local, huyendo de la imagen tópica del cooperante blanco en potente 4×4 por el medio de la selva.

Quedan fuera de este informe  grandes ONG como Médicos Sin Fronteras, voluntariamente excluida del trabajo conjunto, y otras como Amnistía Internacional o Greenpeace, por pertenecer a sectores diferentes del de la cooperación, en concreto los derechos humanos y el medio ambiente, respectivamente. Y muchas ONGD de pequeño tamaño, de ámbito local.

Queda mucho por hacer. Según el último eurobarómetro conocido, el 93% de la población española apoya la cooperación internacional, pero sólo 2,4 M de personas colaboran con estas entidades, en torno a un 5% que sube al 15% si sumamos las restantes ONG de todos los ámbitos que conforman el sector no lucrativo. Muy bajo frente a las cifras del 50% habituales en Francia, Inglaterra, Alemania o Italia.

No estaría de más alguna ayuda indirecta por parte de los gobiernos para poder crecer en ese apoyo popular; en ese sentido, la actual ley de mecenazgo española se ha alineado con las medidas existentes en otros países europeos, aumentando las raquíticas deducciones que existían en el IRPF; en la actualidad, gracias a esta nueva ley, por debajo de los 150 € de donación anual, la deducción puede llegar al 75%, un importante estímulo.

Queda mucho por hacer, si, pero este informe es una de las bases para sustentar y ganar confianza en la sociedad: la transparencia.

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