Vamos a comenzar haciendo un ejercicio, piensa en la palabra riqueza, ¿que se te viene a la cabeza?, estamos seguros que la mayoría de vosotros/as ha pensado en dinero, acaparamiento, lujo, poder, éxito…
Este ideario es el que en nuestra sociedad europea es sinónimo de riqueza y esa acumulación de riqueza es lo que hace que una gran parte del mundo empobrezca. Pero existen otras formas de riqueza que no tienen cuantía económica ni cotizan en bolsa. Desde Sagrada Tierra ONGD guatemalteca que lleva más de 10 años trabajando con la población q’eqchí, nos quieren mostrar un poquito de la riqueza cultural y ancestral de este pueblo, que en lo más esencial de su ser es sobre todo solidario.
A través de Antonio Villar presidente de la ONGD y persona que lleva toda su vida trabajando con este pueblo os mostramos retazos de conversaciones mantenidas con ellos en su forma de entender la vida.
La población q’eqchí la componen más de un millón de personas*; la mayoría viven en el norte de Guatemala, en una extensión geográfica de 24,662 Km2. La comunidad q’eqchí se extiende desde el departamento de Quiché, en el occidente del país, Baja Verapaz, Alta Verapaz, sur de El Petén, hasta el departamento de Izabal, y parte de la República de Belice.
“Los q’eqchís forman parte del pueblo maya y en la cosmovisión maya la Tierra se concibe como un escenario sagrado. Es la madre que nos ha dado la vida, el lugar donde vivieron nuestros antepasados, viven nuestros hijos y vivirán nuestros nietos. Es la casa de la Humanidad”.
“Nuestras casas están construidas de paredes de palos y techo de palma. Nuestros cultivos, además de maíz, son frijoles, arroz, ayote, algo de piña y algo de caña de azúcar. Tenemos árboles frutales como naranjas, limones, anonas, bananos, aguacate, zapote, papayas. Cosechamos también cacao y achote”. “Educamos a nuestros hijos e hijas en nuestras tradiciones. Es una educación larga y ardua. A los 12 o 14 años nuestros hijos e hijas están en posibilidad de dominar su medio y formar familia”.
“Vivimos y practicamos la armonía con nosotros mismos, con las fuerzas sobrenaturales, la armonía y bienestar con el universo y con la Santa Madre Tierra, a la que amamos y cuidamos como propiciadora de nuestra vida y la de nuestros hijos e hijas”.
Los q’eqchís practican la solidaridad a lo largo del año en el desarrollo de sus trabajos agrícolas, sobre todo en el tiempo de la siembra, en que todos trabajan para todos y celebran con festejos y ritos sagrados cada día de la siembra del maíz. Practican y viven la solidaridad en la construcción de sus humildes viviendas. Viven esta relación comunitaria en sus ritos y ceremonias sagrados cuyo objetivo es precisamente la formación sobre su cultura y la preservación de la unidad comunitaria. “En fin, la vivimos cada día en el respeto entre nosotros los q’eqchís y también en el trato respetuoso y amable a los que no son q’eqchís o mayas”.
“La Sagrada Tierra, a la que por nuestras concepciones culturales siempre la hemos dejado descansar para que se reponga y recobre fuerzas y vigor, de manera que nos pueda seguir sustentando, no es para nosotros objeto de venta o negocio, ni de trabajo continuo que la agote. De quién es la tierra? La tierra no es de nadie, solamente de Dios. Él nos la ha dejado a nosotros para que en ella encontremos la comida y la bebida para nuestros hijos e hijas. Nosotros somos sus administradores”.
Que esto nos sirva para entender que debemos abrir nuestra mente para ser capaces de captar la multitud de riqueza tenemos a nuestro alrededor.
Antonio Villar (Presidente de Sagrada Tierra), Entidad colaboradora con la Fundación Pueblos Hermanos
tios .. la pobreza no existe ,lo que realmente existe son personas que quieren vivir dependiendo del estado o del gobierno … en mi opinion: hoy en dia la comunidad quiere que les esten dando absolutamente todo sin necesidad de esfuerzos . saludos