#HLF4 #RumboBusan: Ya estamos en Busan

La Ayuda Oficial al Desarrollo sólo podrá ser considerada eficaz si reduce la pobreza y la desigualdad”. No recuerdo quién hablaba cuando la anoté pero tampoco importa. Es, seguramente, la frase más repetida en los dos días que llevamos de Foro. Parece una obviedad, pero sin embargo, el contexto en el que nos encontramos exige que la repitamos a cada momento, que retomemos principios y consensos básicos que gobiernos y donantes parecen estar olvidando.

Pero empecemos por el principio. Ayer comenzó el Foro Mundial de la Sociedad Civil de Busan, que ha reunido a más de 500 personas de organizaciones de la sociedad civil de todo tipo y de todas las regiones del mundo. El objetivo: preparar una estrategia conjunta de cara al Foro de Alto Nivel sobre Eficacia de la Ayuda (HLF-4 por sus siglas en inglés) que comenzará el próximo martes y que en gran medida supone una “revolución” en cómo entenderán los gobiernos y las organizaciones internacionales el futuro modelo de cooperación al desarrollo. Con este Foro, las organizaciones de la sociedad civil cerramos un proceso de más dos años, iniciado en Accra, en el que hemos invertido mucha energía no sólo en demandar a los gobiernos que cumplan sus compromisos, sino también en elaborar consensos y principios para aumentar nuestro impacto en el desarrollo.

El primer día lo hemos dedicado a resumir el trabajo de estos años, a ponernos al día sobre la marcha de las negociaciones, a conocer cómo están siendo recogidas nuestras visiones y demandas, y a terminar de perfilar las líneas rojas. Esto es clave porque, por primera vez desde que se firmase la Declaración de París sobre la Eficacia de la Ayuda, en 2005, las OSC han podido influir desde dentro (o al menos intentarlo)  en las negociaciones y en la propia redacción de la declaración.

A partir de ahí, un amplio menú de sesiones de trabajo y seminarios sobre distintos temas: transparencia y rendición de cuentas, eficacia del desarrollo en contextos de conflicto y fragilidad, trabajo decente, o cómo promover un entorno que favorezca el trabajo de las OSC. Pero los dos platos fuertes han sido la participación del sector privado en el desarrollo y el Foro Global de las Mujeres. Hoy me centro en el primero para, en los próximos días, poder dedicarle más líneas al segundo.

Lo que posiblemente más caracteriza este IV Foro de Busan es la emergencia con fuerza del rol del sector privado en el desarrollo. Y digo con fuerza porque, en realidad, nunca estuvo fuera de escena: la ayuda ligada es un claro mecanismo de cómo ha estado participando y beneficiándose de la cooperación al desarrollo.

La explicación es sencilla. Por un lado tenemos a los donantes tradicionales (principalmente los que integran el Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE) que debido a la crisis económica quieren reducir sus presupuestos de AOD y que ésta sirva como “capital base” para atraer nuevos recursos del sector privado lucrativo para financiar el desarrollo. Por otro, los donantes emergentes, muy enfocados al sector productivo y de infraestructuras, están abriendo un nuevo espacio político y de relación con los países receptores de ayuda a partir de condicionalidades más ligeras que contribuyen a rebajar el discurso de derechos humanos como elemento central del desarrollo. Si a esto le sumamos que vuelve con fuerza el paradigma de que crecimiento económico es sinónimo de desarrollo, nos encontramos ante un entorno totalmente favorable para la entrada con fuerza del sector empresarial en la cooperación al desarrollo.

Para algunas personas, este nuevo énfasis del discurso del sector privado como socio del desarrollo tiene riesgos y oportunidades. Para otras, sólo riesgos.¿pueden los bienes públicos tener lucro o estamos ante una privatización de los servicios sociales básicos?, ¿cómo abordar la contradicción entre el interés de las empresas por el beneficio a corto plazo y los procesos de desarrollo que son de largo plazo?, ¿es este un esfuerzo por apoyar el tejido productivo local de los países empobrecidos, es decir, sus pequeñas y medianas empresas, o más bien de justificar el uso del dinero público en beneficio de las empresas de los países donantes?.

Desde luego, es un tema complejo de abordar, aunque de este Foro sí salen algunos planteamientos básicos de partida: no considerarlo como un sector homógeneo (no es lo mismo una cooperativa social que una multinacional y por tanto deben recibir un tratamiento diferenciado); evitar que esto contribuya a minar el rol del Estado en garantizar servicios sociales básicos sin discriminación, o la necesidad de establecer marcos regulatorios que asegurenque las empresas cumplen con los estándares de derechos humanos.

Cierro este resumen con una foto de familia y algunos testimonios que he recogido.

Mañana cerramos la declaración de la sociedad civil y preparamos la estrategia de incidencia por regiones. ¡Hasta mañana!

* La participación en el Foro cuenta con la financiación de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID)

Cristina Linaje Hervás, Responsable de Incidencia y Seguimiento de Políticas

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