La cigüena estira sus patas kilométricas sobre el diván y se presiona los ojos. Un suave ruido de plumas llena la habitación. El psiquiatra la escucha atentamente mientras toma notas…
«Se piensa que hacemos un viaje rápido, pero con bebés tan pequeños hay muchas paradas, imagínese, que si pis, que si pos, que si lloran… Les encanta que les rodeemos con las alas y todavía no he visto uno que no nos meta la mano en el pico. Y claro, se les coge cariño. ¿Con que cara se les deja en según qué lugares? La diferencia llega a ser enorme en unos pocos kilómetros. Desviándonos ligeramente podríamos cambiar el destino de esas criaturas. Darles años de vida, salud, educación, seguridad… Ese pensamiento nos asalta una y otra vez, pero ¿y sus madres? Siempre han confiado en nosotras. ¿Comprende? Y así un día y otro también».
Se le escapa una lágrima. «Mire doctor, yo pastillas no quiero. Hay que hacer algo».[1]
En medicusmundi estamos empeñados en este “hay que hacer algo”. La salud no es un privilegio, es un derecho de todas las personas, pero el lugar donde naces determina la medida en que podrás disfrutar de este derecho. ¿Por qué?
Primero porque la salud no depende sólo de la asistencia sanitaria que recibas. La salud depende de muchos más factores: Cómo es tu casa, si tienes acceso a agua potable, si te puedes alimentar bien, las condiciones en las que trabajas, el salario que recibes, la educación a la que hayas tenido acceso, si vives en un entorno no contaminado… Y es que, como afirma el médico Juan Gervas, «para la salud de una persona, es más importante el código postal que el código genético». O lo que es lo mismo: No va a poder disfrutar de la misma manera del derecho a la salud una niña nacida en el Altiplano boliviano que un niño nacido en el centro de Madrid.
Pero la salud también es atención sanitaria. Y 400 millones de personas no tienen acceso a unos servicios esenciales de salud. ¿Cómo garantizar este derecho? En un mundo que debate entre si son mejores los sistemas de salud basados en el aseguramiento privado o los sistemas públicos, nuestra experiencia en países como Bolivia, Guatemala, Perú o El Salvador nos dice que si queremos evitar la exclusión es desde lo público desde donde debemos trabajar.
Lidia Morales es una compañera guatemalteca que lleva años trabajando en la transformación del sistema público de salud de su país. Lidia forma parte de un grupo de profesionales conscientes de que el sistema público de salud no estaba enfocado a las necesidades de la población y cubría sólo a una pequeña parte: Mujeres en edad fértil y menores de 5 años. Esto hacía que la población se viese obligada a asumir gastos catastróficos en salud, que les hundían más en el círculo de la pobreza.
Estos profesionales se hicieron una pregunta: ¿Cómo conseguir hacer más accesible el derecho a la salud para todas las personas? Empezaron así a trabajar, con el apoyo de medicusmundi, en un modelo de salud integral e incluyente, pensado desde lo público, que tiene en cuenta las necesidades y creencias de la población y que ha venido dando muy buenos resultados en las zonas donde se ha trabajado. Tanto, que hace poco el gobierno de Guatemala ha decidido hacer suya esta forma de entender la salud y la ha convertido en política pública.
Aunque a la población guatemalteca le queda un largo camino por recorrer para poder disfrutar de unos servicios de salud como los de nuestro país, es un gran paso adelante, que contrasta con el camino que estamos recorriendo en España a la inversa: de la inclusión a la exclusión: Desde la entrada en vigor del Real Decreto Ley 16/2012, las personas en situación administrativa irregular que vivían en España se quedaron sin tarjeta sanitaria. Pero no sólo ellas: También se ve afectado un amplio porcentaje de personas con ciudadanía comunitaria y escasos recursos, según denuncia la Red de Denuncia y Resistencia al RDL 16/2012 (REDER). Esta red tiene documentados ya 2.496 casos de vulneraciones del derecho a la atención sanitaria en nuestro país desde su creación hace dos años.
Cuando le contamos esto, nuestra compañera Lidia, desde el respaldo que dan los años que lleva trabajando contra la exclusión sanitaria, nos dice: “Lo que podemos decir a Europa es que apostar por la salud pública es lo más justo y económico”.
Francisco José Vega (medicusmundi)
[1] Texto de la exposición de medicusmundi “El reto de la Equidad en Salud”. Autora: Maite Pérez Larumbe