400 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a los servicios esenciales de salud. 100 millones caen cada año en la pobreza al tener que hacer frente al pago de los servicios sanitarios. 150 millones de personas se enfrentan a gastos sanitarios catastróficos. La gente con pocos recursos no solamente está excluida en gran medida de los servicios sanitarios, sino que cuando reciben la asistencia, es probable que ésta sea de una calidad inferior a la proporcionada a las personas más ricas.
La comunidad internacional hace ya tiempo que se dio cuenta del grave problema mundial que supone la falta de acceso a sistemas de salud de calidad y a finales de los setenta definió una estrategia para facilitar el acceso a la salud de toda la población que, hasta entonces, se encontraba excluida. Por ello, en la 31ª Asamblea de la OMS, en 1978, fue concebida y aprobada la estrategia de la Atención Primaria de Salud (APS). Este modelo ha demostrado su utilidad y puede llegar a solucionar el 80% de los problemas de salud de las comunidades en las que se implante.
Paola es enfermera en el municipio de Cuilco, en Guatemala, uno de los países pioneros en América Latina en el trabajo bajo la premisa de un modelo de salud pensado por y para las personas, centrado en universalizar el derecho a la salud. Paola visita hoy la casa de Silvia, una mujer embarazada que la invita a sentarse en su patio, donde tras dar el desayuno a Pablo y Javier, sus dos pequeños, charla con ella. Silvia rellena su ficha del noveno mes, en el que se le hace un control semanal, que en unas ocasiones se desarrolla en el puesto de salud y en otras en su propia casa. Las dos mujeres hablan además de las prácticas que Silvia debe hacer día a día en la casa para mantener una buena higiene y garantizar la salud de toda la familia, especialmente de los más pequeños.
Una escena cotidiana que recoge en esencia algunos de los pilares básicos de la Atención Primaria en Salud:
Lograr el acceso universal a los servicios de salud, es decir, que todas las personas puedan tener acceso a la atención de salud de acuerdo con sus necesidades y sin importar su capacidad de pago.
Centrar los servicios en las personas, orientando los sistemas de salud para responder mejor a las necesidades de las personas, acercando la salud a las comunidades.
Orientación familiar y comunitaria, pues las condiciones de vida de nuestra familia y nuestra comunidad influyen de manera decisiva sobre nuestra salud.
Visión más allá de lo médico, pues para cuidar y promover la salud es necesario tener en cuenta todos aquellos factores que la determinan: Cómo es la vivienda en que habita la familia, si tiene acceso al agua, si su alimentación es adecuada, con qué recursos económicos cuenta…
A pesar de que éste no es un modelo dirigido sólo a los países empobrecidos, uno de los motivos por los que cuenta con tanto apoyo internacional es porque es más sostenible para los países y las comunidades más empobrecidas. Además, la atención primaria de salud es más accesible culturalmente, pues exige la participación de la población.
La APS representa el primer nivel de contacto de las personas, la familia y la comunidad con el sistema nacional de salud: Es la puerta de entrada al sistema y debe estar preparada para resolver la mayoría de los problemas de salud de la población.
En medicusmundi sabemos que una de las vías más eficaces para establecer un sistema de salud eficiente y equitativo es orientarlo hacia la Atención Primaria de Salud, por lo que optamos por la defensa y fortalecimiento de los sistemas de salud públicos y la promoción de este modelo sanitario.
El objetivo es que la salud no se quede en la sala de espera, es decir, terminar con estas desigualdades injustas y evitables haciendo que los sistemas de salud se centren realmente en las necesidades de las personas y no en su capacidad de pagar, pues sólo así se conseguirá lograr el acceso de los colectivos más vulnerables.
Francisco José Vega, Medicus Mundi (@medicusmundinam)