Los idiotas útiles brasileños y su tradición de lucha

“Son idiotas útiles, imbéciles, que son utilizados en una maniobra de masas para una pequeña minoría inteligente que conforma el núcleo de muchas universidades federales en Brasil”. Bolsonaro empezó así el día en el que se celebró la primera manifestación masiva en contra de su gobierno. Fue en el pasado 15 de mayo y congregó mayoritariamente estudiantes, profesorado y colectivos de investigación brasileños.

La movilización fue una respuesta a los recortes del 30% en universidades e institutos de educación federal. La medida fue anunciada por Abraham Weintraub, el segundo Ministro de la Educación 5 meses después del comienzo del nuevo gobierno.

Las manifestaciones se sucedieron en las 27 capitales regionales del país, pero también en otros municipios que demostraron el descontento estudiantil con la medida. Esa no fue la primera vez que el sector de educación promovió protestas populares en el país.

En las décadas de 1960 y 1970, el movimiento de estudiantes brasileño fue un importante punto de resistencia y de movilización social en contra de la dictadura civil y militar que asoló el país durante 21 años. Un movimiento que volvió aflorar durante el gobierno de Dilma Rousseff en 2015, cuando los estudiantes iniciaron un movimiento de ocupación de sus escuelas en contra de los recortes en el presupuesto reservado a la educación nacional.

Volviendo a la actualidad, estudiantes de todo el país se movilizaban, Abraham Weintraub estaba en la Cámara de Diputados de Brasil, explicando los motivos que lo llevaron a anunciar tal medida. En medio de gritos acalorados de la oposición, que pedían la renuncia del ministro, Weintraub intentó alegar que el presupuesto había sido elaborado por el equipo de gobierno del presidente anterior, Michel Temer -que dejó el poder el pasado 1 de enero-.

El hecho es que, desde el principio de su mandato, el gobierno de Bolsonaro ha sido cuestionado por el sector de la educación. Desde su inicio, se produjeron incluso bajas en el propio ministerio. La primera baja (que no fue la primera en el nuevo gobierno) ocurrió en abril, cuando Ricardo Vélez Rodríguez, ministro de educación, fue destituido por el presidente después de una serie de disputas entre diferentes corrientes internas del gobierno.

El nuevo ministro, Abraham Weintraug, cuenta con poca experiencia en el área de educación y una larga carrera económica. Comenzósu mandato haciendo ataques a las áreas de humanidades de las facultades públicas, con especial atención a las carreras de filosofía y de sociología. Según Weintraub, la llave para la seguridad económica de Brasil está en invertir en carreras “que den dinero”, especialmente las técnicas que, de acuerdo con su concepción, son la clave para atraer inversiones y trabajo al país.

El ministro incluso afirmó en su visita a la Cámara Baja que el impacto científico es mucho mayor en las ciencias de la salud, en la ingeniería, en la agricultura y en las matemáticas. De esta forma, argumentó, si protegemos estas carreras, el crecimiento económico garantizado.

Sin embargo, lo que Bolsonaro no parece comprender es que más de 95%[i] de la producción científica en Brasil es realizada por las universidades públicas, según datos de la Academia Brasileira de Ciencias. Además, Brasil es el 13º[ii] mayor productor de publicaciones de investigación a nivel mundial, con resultados que crecen cada año, según InCites – Clarivate Analytics Web of Science. Estudiantes, profesorado y equipos de investigación de diversos organismos públicos federales dominan este tipo de estudios

El próximo día 30 de mayo, esos grupos se manifestarán una vez más en defensa de la educación pública y de calidad, como ya han hecho tantas veces en Brasil. En ese sentido, el recuerdo de la tradición que acompaña la movilización estudiantil en el país es extremadamente necesario. Lo que nos resta es acompañar el paso constante y seguro de la juventud brasileña y esperar que genere el inicio del cambio en el gobierno de Bolsonaro.

Por Gisela Duarte, becaria de la Coordinadora de ONGD-España

[i]  ABC, “Universidades públicas respondem por mais de 95% da produçao científica do Brasil” http://www.abc.org.br/2019/04/15/universidades-publicas-respondem-por-mais-de-95-da-producao-cientifica-do-brasil/

[ii]  SIBI, USP. “Relatório da Clarivate para a Capes revela panorama da produção científica do Brasil (2011-2016)” http://www.sibi.usp.br/?p=19110

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