Los Objetivos de Desarrollo Sostenible también afectan a la política de mi pueblo

  • Las competencias autonómicas y locales en materia de educación, salud, contratación pública, compra de productos de comercio justo, políticas de igualdad, apoyo a las empresas y a su internacionalización son ámbitos donde se pueden generar prácticas favorecedoras de un desarrollo humano sostenible.

La Asamblea de Naciones Unidas acaba de aprobar en Nueva York una nueva agenda internacional de desarrollo que marcará el itinerario y los objetivos de trabajo de los próximos 15 años para afrontar las grandes problemáticas que se viven actualmente en el mundo. Ampliar el alcance de los anteriores Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), generar una propuesta más participativa y con mayor implicación de las distintas regiones, así como establecer una agenda universal que pueda diferenciar los indicadores, según las características de cada país o territorio, son algunos de los retos que se encuentran encima de la mesa de cara a la ejecución de los nuevos 17 Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS).

Además del compromiso internacional, desde Entreculturas consideramos que hay que fortalecer la diluida -hasta el momento- Alianza Mundial para el Desarrollo, de tal forma que se pueda implicar al mayor número de agentes y se pueda conseguir el compromiso de la ciudadanía a la hora de establecer medidas en cualquier ámbito de cara a reducir la pobreza, la desigualdad o las consecuencias de nuestra crisis ambiental.

En un nuevo marco de cooperación internacional que quiere romper con la división Norte-Sur y establecer una nueva estrategia que implique y haga corresponsable de la transformación de nuestras sociedades en modelos más sostenibles, menos desiguales y más solidarios a todos los agentes, sin duda será el territorio de lo local donde finalmente recaigan muchas de las políticas y las medidas que se tomen.

Como señalaban ya en el año 2000 en el marco de la Cumbre de Copenhague los representantes de las autonomías territoriales y de la sociedad civil a través de una carta abierta  enviada  al Secretario General de Naciones Unidas: “las comunidades locales representan el nivel en el cual las administraciones públicas están más cerca de la población, donde pueden funcionar métodos de trabajo para facilitar la participación de los diferentes actores sociales en todas las etapas de los procesos de desarrollo que los conciernen, donde todos pueden responsabilizarse de la promoción de un desarrollo sostenible, donde mejor se puede luchar contra la pobreza, el desempleo y la exclusión social, donde puede ser promovida una cultura de la convivencia civil, pacífica y democrática (…)” .

En la medida en que queremos trabajar sobre sistemas más democráticos y participativos, la participación política plena no puede desarrollarse activamente si no es en la realidad social vinculada a un espacio concreto, que es soporte de una población (cada vez más diversa), de unos recursos y de una organización social. Por este motivo, nuestras administraciones locales, nuestros representantes, pero también la ciudadanía organizada y cada uno de los habitantes de un pueblo, una ciudad o una región, necesitan conocer e implicarse en una agenda internacional mayor que necesariamente va a influir en el futuro próximo del mundo en el que vivimos.

Para conseguir estos retos será imprescindible la implicación de las administraciones locales y la sensibilización ciudadana y de nuestros representantes políticos en favor de propuestas y medidas que favorezcan desde la proximidad y el territorio los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Así lo recogía la Asamblea Mundial de las Ciudades y Gobiernos Locales celebrada en Dakar en 2012 cuando defendía: “que la cooperación internacional entre gobiernos locales contribuye a fortalecer la dimensión local de las políticas de desarrollo, promueve la coordinación dentro de los territorios para alcanzar un mayor impacto sobre la mejora de las condiciones de vida de la población, a la vez que contribuye a afianzar la democracia local y a avanzar hacia una gobernanza de proximidad”.

Las competencias autonómicas y locales en materia de educación, salud, contratación pública, compra de productos de comercio justo, políticas de igualdad, apoyo a las empresas y a su internacionalización son ámbitos donde se pueden generar prácticas favorecedoras de un desarrollo humano sostenible.

Al mismo tiempo, la idea de cooperación asociada a la “ayuda”, principalmente financiera, comienza a perder fuerza frente a la de “desarrollo humano”, caracterizada por la multilateralidad, el interés mutuo, la complementariedad y la co-responsabilidad en el desarrollo de todos los actores territoriales, pasando a convertirse en un proceso de intercambio y beneficio mutuo que también ayuda a nuestras sociedades desarrolladas a conocer otras experiencias y a reforzar valores cívicos que comienzan a deteriorarse.

Por este motivo, la apuesta por la cooperación y por la educación para el desarrollo deben constituirse en una política pública esencial de nuestras administraciones locales y regionales, que sea capaz de hacer converger la gestión de las demandas ciudadanas del territorio con los procesos de desarrollo y gobernanza globales que debemos afrontar. Dicho de otra forma, los ODS son un reto de todos que se firma en reuniones internacionales, pero que no se llevarán a cabo o no serán trascendentes si la solidaridad y la cooperación no forma parte del ADN de nuestros ayuntamientos y comunidades y de las reivindicaciones de nuestra sociedad civil organizada.

Puede ampliar esta información en: https://www.entreculturas.org/es/publicaciones/comprometidos-con-el-mundo-desde-nuestro-territorio

Por José Manuel Moreno, Departamento de Estudios e Incidencia de Entreculturas

 

Un comentario en “Los Objetivos de Desarrollo Sostenible también afectan a la política de mi pueblo

  1. Me encanta el título, el cual también puede (y debe) formularse a la inversa: La política de mi pueblo afecta a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La vinculación entre lo local y lo internacional continua avanzando. En julio 70 alcaldes del mundo firmaron en el Vaticano, invitados por el Papa Francisco, un documento – compromiso «local» en relación a la lucha contra la trata de personas y el cambio climático. Hace unos años nos hubiera parecido que hablaban «de la mar y los peces», pero no, hoy tenemos que defender que estos temas aparentemente globales, estén en las agendas locales, y con peso. Gracias por tu artículo Jose Manuel.

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