El contexto internacional está marcado por la inhumana respuesta de las Unión Europea al drama de las personas refugiadas que huyen de la guerra en Siria. El incumplimiento flagrantemente de la legislación internacional, incluso de la suya propia, en materia de derechos humanos y refugio, pone de manifiesto como la UE ha dinamitado sus valores fundacionales y, con ellos, el propio proyecto europeo. Este insolidario comportamiento viene a sumarse a la nocturnidad y alevosía con las que se está negociando un nocivo acuerdo comercial con EEUU, el TTIP que antepone los intereses de las empresas y los mercados a las necesidades y anhelos de las personas.
En el ámbito doméstico, en pleno verano asistiremos a la constitución de un nuevo gobierno, siempre y cuando los partidos políticos sean capaces de ponerse de acuerdo a partir de los resultados electorales del 26J. Del ejecutivo que salga de esta segunda vuelta dependerán reformas legislativas que profundicen en los recortes sociales o que, por el contrario deroguen las leyes asociales que se han puesto en marcha en la anterior legislatura (ajustes presupuestarios, ley mordaza, reforma laboral, nuevo Código Penal,…).
La toma decisiones para definir las metas estatales para alcanzar de manera global los Objetivos de Desarrollo Sostenible y de poner en marcha las políticas necesarias para tal fin corresponderán también al futuro gobierno. De la capacidad de las organizaciones sociales para participar y condicionar este proceso depende que la agenda sea verdaderamente transformadora, aborde las causas de la pobreza, la desigualdad y la insostenibilidad, y proponga soluciones que pongan en el centro a las personas y garanticen el respeto al medio ambiente.
Los mensajes oficiales nos dicen que ya hemos salido de la crisis, que la economía está mejorando. Pero este argumento lo desmontan de manera contundente las organizaciones sociales que desempeñan su labor en nuestro país. Es más nos confirman que está aumentando la desigualdad y que son urgentes políticas públicas que promuevan un modelo social más solidario e inclusivo que garantice la dignidad personal, la protección social, un trabajo decente y una renta mínima.
No podemos olvidar como los llamados “Papeles de Panamá” desenmascararon la opacidad de los activos offshore de miles de empresas y personas. Un pequeño atisbo de ese complejo entramado de ingeniería fiscal que garantiza que el 1% de la población acapare la misma riqueza que el 99% restante. Ni podemos dejar de recordar que en 2014 la inversión desde España hacia paraísos fiscales creció un 2.000%. La fuga de estos capitales supone un enorme golpe a las arcas del Estado; con el dinero recaudado, si no existieran esas prácticas, podrían garantizarse las políticas públicas que han sido brutalmente recortadas –sanidad, educación, cooperación para el desarrollo, dependencia, igualdad…
El principio de “no dejar a nadie atrás” pretende situar la inequidad y la injusticia social en el corazón de la agenda, pero parte de una premisa equivocada, que es la de pensar que ahora todos estamos a la misma altura del camino y que empezamos a caminar con ritmos desiguales. Pero la realidad es que hay muchos “nadies” que están muy por detrás del punto de partida, en nuestro país y en el resto de países, millones, las personas afectadas por una riqueza obscena que causa miseria, hambre, guerras, desigualdad, xenofobia, explotación,… y también desahucios, exclusión social, pobreza energética, laboral o infantil, precariedad laboral,… No se trata, por tanto, de enfrentar a pobres contra pobres, sino de asegurar políticas públicas coherentes que garanticen plenamente y de manera permanente los derechos humanos en cualquier lugar del mundo.
Es por lo anterior que consideramos que existen ciertos planteamientos innegociables que estarán presentes a lo largo del año:
1.- Los Derechos Humanos deben ser plenamente garantizados por las políticas públicas, haciendo frente de manera especial a tres cuestiones: pobreza, desigualdad e insostenibilidad.
- Cuando hablamos de pobreza entendemos que hablamos de un problema multidimensional y que con ello englobamos varias pobrezas: población que vive bajo el umbral de la pobreza, población con privación material severa y población con baja intensidad de trabajo por hogar, aunque a veces simplifiquemos y hablemos de manifestaciones concretas como pobreza infantil, pobreza energética, pobreza laboral,…
- Cuando hablamos de desigualdad nos referimos, por una parte, a las desigualdades económicas y a la necesidad de un cambio en el paradigma del modelo de crecimiento, producción, consumo y redistribución y, por otro la desigualdad entre los géneros en cuanto al acceso a la educación, al trabajo, a la propiedad, …
- Cuando hablamos de insostenibilidad ponemos el foco en el Cambio Climático que dificulta el cumplimiento de la agenda de desarrollo porque invierte las tendencias positivas, crea nuevas incertidumbres y aumenta los costos de la resiliencia. Es por ello imprescindible proponer y practicar modelos energéticos sostenibles, garantizar la soberanía alimentaria y oponerse a las agresiones al medio ambiente.
2.- La lucha contra estos problemas es una cuestión de justicia global, en cuanto que exigimos el cumplimiento de todos los derechos humanos para todas las personas en todo el mundo. Es también una cuestión de dignidad humana porque aspira a un mundo más equitativo e inclusivo. Además es una cuestión de solidaridad intergeneracional en cuanto que no debe comprometer el desarrollo de las generaciones futuras.
3.- La visión debe ser glocal, garantizando tanto dentro de nuestras fronteras como fuera de ellas el acceso al estado del bienestar y los servicios públicos. Tenemos que colocarnos unas gafas bifocales para corregir nuestros problemas de visión ya que muchas veces cuando ponemos la atención en lo lejano perdemos el contacto con lo cercano y viceversa. Aquí se enmarca el rechazo y movilización contra el TTIP.
4.- Tenemos que reclamar coherencia de políticas para el desarrollo sostenible, la Cooperación para el Desarrollo es una política social pública, previsible, transparente y que debe quedar al margen de luchas partidistas, al igual que el resto de políticas públicas como la educación, la sanidad, la atención a la dependencia, …
5.- El papel de la sociedad civil es fundamental, por tanto es estratégico garantizar su participación activa en la gestión de lo público, hay que abrir las instituciones a la gente y contar con sus opiniones. Es por ello que consideramos inconstitucional la Ley Mordaza.
6.- La Educación para la Ciudadanía Global es la principal herramienta con la que contamos para la consolidación de una ciudadanía responsable y comprometida con las cuestiones que afectan a la Tierra y a la Humanidad.
Andrés R. Amayuelas, Coordinadora de ONGD-España
El 9/06/2016 9:08, Pobreza Cero <comment-reply@wordpress.com> escribió:
pobrezacero posted: "El contexto internacional está marcado por la inhumana respuesta de las Unión Europea al drama de las personas refugiadas que huyen de la guerra en Siria. El incumplimiento flagrantemente de la legislación internacional, incluso de la suya propia, en mate"