Sin energía no hay desarrollo #Energia4D

Naciones Unidas está impulsando la iniciativa “Energía Sostenible para Todos”, entendiéndose como  «energía sostenible»  aquélla que se produce y se usa de forma que apoye a largo plazo el desarrollo humano en el ámbito social, económico y ecológico. Es decir, es una energía no contaminante, accesible físicamente y asequible económicamente para la población,  eficiente y con un suministro fiable. Esta iniciativa busca involucrar a los gobiernos, al sector privado y a la sociedad civil con el objetivo de lograr la energía sostenible para todos y alcanzar los 3 principales objetivos para el 2030: garantizar el acceso universal a los servicios modernos de la energía, duplicar el ritmo de mejora en eficiencia energética y duplicar la participación de energías renovables en el mix energético global.

Según Kandeh K. Yumkella, Director General de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), “la energía es esencial para el desarrollo, y la energía sostenible es esencial para el desarrollo sostenible. Para los países en desarrollo, la pobreza energética es un impedimento enorme para el progreso económico”. El acceso a la energía sostenible mejora la calidad de vida puesto que, por ejemplo, posibilita la generación de ingresos gracias al uso de electricidad en un pequeño negocio, mejora el servicio sanitario al usarse frigoríficos para almacenar medicamentos, reduce el trabajo de recolecta de leña y el tiempo empleado en transportarla, permite sistemas más eficientes de energía para cocinar y generar calor, y proporciona iluminación para que los niños y niñas puedan estudiar cuando anochece.

Sin embargo, según la Agencia Internacional de la Energía 2.600 millones de  personas carecen de acceso a instalaciones limpias para cocinar y 1.300 millones de personas no tienen acceso a la electricidad, en su mayoría habitantes de zonas rurales. Por el contrario, los países desarrollados consumen entre el 50% y el 90% de los recursos de la Tierra y generan dos terceras partes de las emisiones de dióxido de carbono.

Foto de ONGAWA
Foto de ONGAWA

Según estimaciones del Banco Mundial, el aumento de la demanda energética mundial durante los próximos 25 años provendrá de los países en desarrollo. Si éstos siguieran el actual modelo energético y de desarrollo de los países ricos (principales causantes de la actual insostenibilidad energética y ambiental), esto provocaría un peligroso avance hacia un cambio climático irreversible. Como consecuencia, aumentarían las hambrunas debido al incremento de desertización en grandes zonas del  planeta, habría mayor campo de acción de insectos portadores de enfermedades al aumentar la temperatura y se producirían desplazamientos masivos de la población (refugiados climáticos por ejemplo, por el crecimiento del nivel del mar). La energía tiene una fuerte influencia sobre el cambio climático, por lo que un modelo energético inadecuado puede acentuar las consecuencias de la pobreza.

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) estima que los costes de adaptación a una energía limpia para lograr los objetivos de la energía sostenible para todos los países de Naciones Unidas en 2030, se encontrarían entre 249 y 1371 billones de dólares anualmente. Aunque puede parecer mucho, estas cantidades están por debajo de los gastos actuales mundiales en defensa o los recientes rescates bancarios. Por ejemplo, Estados Unidos gasta 200 millones de dólares al año en investigación en energías renovables, el equivalente a su presupuesto de Defensa para tres horas. Con solo el 3% adicional de las inversiones globales previstas en energía hasta el año 2030, aplicado adecuadamente para llegar a la población que actualmente carece de acceso a la misma, se alcanzaría en ese año el acceso universal a la energía. Por tanto, la voluntad política es y será fundamental para solventar el problema de la sostenibilidad energética del planeta, puesto que ésta es factible económicamente e imprescindible social y ambientalmente.

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=E1xe5rNRi1o&list=UUIK8EWBanFObgpB91yICPUw&index=1]

Miriam Sánchez Escalonilla e Ignacio Casas Villaverde, Área Sectorial de Energía de ONGAWA, Ingeniería para el Desarrollo Humano

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.