Las ONGD también estamos indignadas, y contentas de que la indignación haya tomado la calle. Indignadas porque millones de personas sigan muriendo de hambre cada día en el mundo, al mismo tiempo que los gobiernos acuden en auxilio del sistema financiero y reducen la ayuda a las personas más pobres. Mientras el rescate de los bancos ha costado a cada persona en nuestro país 5.000 euros, destinar el 0,7% al desarrollo apenas supondría 150 euros al año por persona. Sin embargo esa meta cada día está más lejos. Sólo en al último año la cooperación al desarrollo realizada por el conjunto de Comunidades Autónomas y Ayuntamientos descendió 53 millones de euros. Con ese dinero podrían haberse garantizado 130.000 tratamientos anuales contra el sida o 261.000 vacunas contra el sarampión para menores de 5 años.
Estamos indignadas porque los partidos políticos, da igual el color, asumen formalmente compromisos con la lucha por la erradicación de la pobreza, como el de alcanzar el 0,7%, que luego incumplen sin miramientos, con la excusa de la crisis.
En Navarra, a pesar de seguir siendo una de las comunidades que mayor porcentaje de su presupuesto destina a cooperación para el desarrollo, será difícil cumplir con la meta propuesta en el Pacto Navarro contra la Pobreza de alcanzar los 31 millones de euros en el 2012, compromiso asumido, recordemos, por todos los partidos con representación parlamentaria. Se ha pasado de 22’8 millones de euros presupuestados y 20’7 ejecutados en 2008, a 21’7 y 20’6 respectivamente en 2009 y 21’8 millones de euros y 20’5 en 2010. En 2011 el presupuesto para AOD se ha reducido con respecto al año anterior, quedándose en 20’3 millones de euros (el 0’48% de los Presupuestos Generales de Navarra).
Estamos indignadas, incluso hartas, de que se antepongan los intereses del mercado a los de las personas. Por eso el lema de la campaña que las ONGD hemos lanzado conjuntamente en todo el Estado, incluida Navarra, “Las personas primero, la crisis no es excusa”.
Esperamos que en el próximo período los gobiernos autonómicos y locales nos escuchen. Que escuchen a los miles de personas que estos días, indignadas, ocupan calles y plazas, reclamando lo que tantas veces hemos pedido desde las ONGD: un sistema que garantice la igualdad, la solidaridad, el bienestar humano, la equidad de género, la sostenibilidad ecológica, el derecho a la educación, a la salud, a la participación política y el desarrollo pleno de todas las personas que habitan el planeta.
Y ¿qué tenemos que decir? La lista es larga. Que la cooperación para el desarrollo es una política pública que alcanza a todos los niveles del Estado, incluidos Gobiernos Autonómicos y Locales. Que como sociedad civil reclamamos nuestra participación y la definición de esas políticas. Que, en su compromiso con las personas más desfavorecidas, tanto Gobierno de Navarra como los ayuntamientos deberían destinar al menos el 0,7% de sus presupuestos a la ayuda a los países empobrecidos. Que los fondos obtenidos por la recaudación del IRPF deberían sumarse a los ya comprometidos en los presupuestos del Gobierno de Navarra, sumando así el compromiso ciudadano al compromiso político, y no sustituyéndolo.
Que la Educación para el Desarrollo y la Sensibilización de la opinión pública aquí en el Norte son tan importantes como los proyectos que se realizan en el Sur y debería constituir una prioridad que se exprese en el aumento de los fondos disponibles hasta el 10% del total de la AOD.
Que se potencie una economía solidaria, impulsando la Banca Ética, el consumo responsable y el comercio justo. Que se desarrolle por fin la Ley del Voluntariado en Navarra. Que se impulse un consenso social sobre migraciones, propiciando un debate abierto y multisectorial. Que se revisen las políticas sociales dirigidas a las personas en situación o en proceso de exclusión social, elaborando planes de inclusión integrales.
Que se inste al Gobierno español para que condone la deuda externa, demostrada ilegítima, y reduzca el gasto militar trasformándolo en inversión social. ¿Seguimos?
Como decía una famosa canción “no estamos locos, que sabemos lo que queremos”: queremos unos gobiernos solidarios, comprometidos, dialogantes, defensores de las organizaciones sociales, coherentes, participativos, responsables, transparentes e implicados con la erradicación de la pobreza. Porque, no olvidemos: erradicar la pobreza hoy es posible, y la crisis no es una excusa.
Teresa Burgui
Vocal de Redes de la Coordinadora de ONGD de Navarra