Ante el fracaso en la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) para 2015, los Gobiernos ya han marcado una nueva hoja de ruta con 17 grandes objetivos y 169 metas para alcanzar en 2030. Sin embargo, ya en la Cumbre de Financiación de Addis Abeba de hace varios meses dejaron en la cuneta varias medidas fundamentales para luchar contra el fraude y la evasión fiscal, limitar la venta de armas o adquirir un compromiso formal y contundente con los derechos humanos que las ONG hemos denunciado de manera contundente.
Los ya conocidos como Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, firmados y ratificados este 25 de septiembre de 2015, destacan de nuevo en su primer punto el ambicioso reto de acabar con la pobreza extrema, es decir, que nadie en el mundo viva con menos de 1,25 dólares al día en 2030. Objetivo muy loable, pero que exigirá un mayor compromiso presupuestario para invertir en políticas públicas y la acción decidida de los gobiernos si no queremos que los ODS caigan también en saco roto.
En la semana contra la pobreza, las ONG seguimos reivindicando que el bienestar de las personas debe ser lo prioritario y que debemos exigir gobiernos responsables y comprometidos con los derechos humanos. Debemos demandarles mayores inversiones en Bienes Públicos Universales como la salud universal, una educación de calidad para todos y todas o cumplir con el Protocolo de Kioto, para proteger y cuidar el medio ambiente de nuestro planeta, entre otros objetivos. En resumen, y como reza el manifiesto de este año contra la pobreza: “Reivindicamos una fiscalidad justa y equitativa, con un sistema tributario y un gasto público que redistribuyan la riqueza y combatan las desigualdades”. Ver el Manifiesto completo: http://alianzacontralapobreza.org/manifiesto-de-la-semana-contra-la-pobreza/
Objetivo 3: Garantizar una vida sana y promover el bienestar
Sin nombrar la palabra SALUD en su enunciado, el tercer objetivo pretende “Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades” a través de 13 metas que van a suponer un verdadero desafío si no se cuenta con la necesaria financiación. Estas metas, con la reducción de la mortalidad materna e infantil a la cabeza, están centradas en el acceso universal a la sanidad y hacen hincapié en poner fin a las epidemias de VIH/Sida, tuberculosis o malaria.
Según la ONU más de seis millones de niños siguen muriendo antes de cumplir los cinco años cada año, por ello se fija como objetivos reducir la tasa mundial de mortalidad materna a menos de 70 por cada 100.000 nacidos vivos; y poner fin a las muertes evitables de recién nacidos y de niños menores de 5 años, logrando que todos los países intenten reducir la mortalidad neonatal al menos hasta 12 por cada 1.000 nacidos vivos, y la mortalidad de niños menores de 5 años al menos hasta 25 por cada 1.000 nacidos vivos.
También es fundamental apoyar las actividades de investigación y desarrollo de vacunas y medicamentos para las enfermedades transmisibles y no transmisibles que afectan sobre todo a los países en desarrollo y facilitar el acceso a medicamentos y vacunas esenciales. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la vacunación evita cada año entre 2 y 3 millones de muertes, sin embargo, 1 de cada 5 niños todavía no son vacunados. Se calcula que en 2013, 21,8 millones de lactantes no recibieron vacunas que podrían salvarles la vida. Esta es una meta más. Y así hasta 169, en las que gobiernos, empresas y ciudadanía debemos volcarnos para acercarnos al objetivo final: un mundo sostenible, sin pobreza y sin desigualdad.
Yolanda Ansón, Responsable de Comunicación de Farmamundi comunicacion@farmamundi.org