La cooperación suele ser noticia para desacreditarla, para atribuirle corrupción, por un supuesto escándalo o para justificar su desaparición. Difícilmente encontramos espacios para explicar logros y cambios reales en la vida de millones de personas. La semana pasada Oxfam Intermón publicó los datos oficiales de la cooperación española en su web de la Realidad de la Ayuda. Un año más, podemos certificar lo lejos que estamos de los compromisos adquiridos.
Hace tiempo que la cooperación para la mayoría de ONGs dejó de ser una inyección de dinero en países empobrecidos. Hace tiempo que la cooperación ha dejado de ser sólo transferencia de recursos económicos y humanos entre países ricos y pobres. Las evaluaciones y los datos que continuamente recogemos las entidades nos demostraron hace ya muchos años que la cooperación no puede basarse sólo en proyectos y dinero (aunque son necesarios y que los que hemos gestionado, los hemos utilizado de la mejor manera posible).
Explicar que pasa realmente lejos de casa, pedir cambios en leyes y decisiones políticas e interpretar la realidad pensando en el 99% de la ciudadanía son también decisivos en la labor de las ONG.
Un ejemplo: en el informe «Ilusiones fiscales» de Oxfam Intermón se dice que del 100% del dinero que se “pierde” en África, un 5% es por corrupción, un 30% por negocios ilícitos y un 65% por elusión y evasión fiscal. Este 65%, en volumen, duplica casi toda la ayuda de todos los países del mundo a África. Es decir, lo que deberían tener por justicia, duplica lo que les damos por generosidad.
Este dato y muchos más en el mismo sentido, hace que entidades como VSF por ejemplo, este explicando que consumimos más azúcar de lo que necesitamos, que los ecologistas reclamen más consumo de proximidad y comercio justo, que GRAIN denuncie el acaparamiento de tierras, y que la Mesa por Colombia denuncie las intervenciones de una empresa privada catalana al puerto de Buenaventura. En Oxfam Intermón nos lleva a estar luchando contra los paraísos fiscales, para poder tener una fiscalidad justa como herramienta para luchar contra la desigualdad. No se puede juzgar y seguir recortando y desacreditando la cooperación por sí sola, sin analizar la escena internacional y las injustas y desiguales relaciones mundiales.
A pesar de ello, sólo hablando de Oxfam Intermón, hay 19 millones de personas que en 90 países les ha cambiado la vida. Se ha revertido su situación como un calcetín gracias a que la cooperación, combinada con su iniciativa y su esfuerzo, les ha dado una oportunidad que nunca hubieran tenido. Son 19 millones de personas que no volvieron a acostarse dando vueltas a la idea de emigrar o de ser un refugiado. A escala de todas las ONGs del estado español, son 35 los millones de personas a las que llega la ayuda española en 105 países, a pesar de la ayuda oficial del gobierno entre 2009 y 2015 se haya reducido un 73% y se hayan perdido 2.400 puestos de trabajo.
El gobierno español y sus presupuestos desgraciadamente no están dispuesto ni a los cambios de coherencia de políticas que se necesitan ni a invertir los mínimos imprescindibles y comprometidos. Los datos oficiales dicen que lejos del 0,7%, España dedica un 0,17% con unas décimas de incremento sobre el año anterior y teniendo en cuenta que se incluyen en la cifra los gastos de refugiados en nuestro país, tanto de acogida como de «control de la migración». Mantenemos la reclamación de que los costes de acogida estén mermando los de ayuda en origen y así no conseguiremos nunca dar suficientes oportunidades a los países para que las personas no tengan que migrar a la fuerza. Al ritmo de crecimiento actual de la ayuda, tardaríamos 38 años en llegar al 0,7%. Hecho el análisis con profundidad, los fondos dedicados realmente a desarrollo y acción humanitaria son realmente ridículos.
Nos duele la dejadez, tanto en la coherencia de políticas como en conseguir el testimonial 0,7%. Nos duele el acoso a activistas como Helena Maleno, a personas y entidades defensoras de los derechos humanos, y la ignorancia de la imprescindible coherencia de políticas. Es decir, que lo que hacemos con una mano no lo desmontemos con la otra.
Dejemos de pensar que la cooperación es un intercambio más o menos generoso o solidario de dinero y recursos. La cooperación es un tema de justicia. La cooperación está intentando ir a las raíces de los problemas. La cooperación continúa haciendo proyectos para seguir cerca de quien sufre estas injusticias. Y por eso precisamente sigue siendo imprescindible. Por eso es ahora una voz molesta para gobiernos y poderes económicos.
Si a pesar de todo, 35 millones de personas han podido tener una oportunidad y seguimos siendo una de las pocas voces que proponen soluciones para el 99%, entenderemos porque es necesario seguir defendiendo la cooperación internacional, a pesar de que hagan lo imposible para decirnos lo contrario y desacreditar a sus verdaderos actores.
El camino para llegar al 0,7%, es llegar al 0,4% en el 2020. ¡Exijámoslo!
¿Supondrá un cambio de actitud y de acciones en este tema la llegada de Pedro Sanchez al Gobierno?
Francesc Mateu, Oxfam Intermón